Edición limitada 2020 «Antonio de Lara»

Aceite de oliva virgen extra de la Finca Torrecillas. Corvera (Murcia-España)

En 1923, ya denominaban “viejo” al olivar de la Finca.

Así consta en el informe agronómico de 17 de septiembre de 1923, que encargaron al perito agrícola Salvador Chinesta Lorente, los cinco hijos herederos de D. Antonio Palomo Villar, a su muerte, para que valorara y dividiera la Finca Torrecillas, en cinco lotes de igual valor, para luego sortearlos entre ellos.

Como muestran las bases preliminares del sorteo de la partición: “…la finca Torrecillas se dividirá en cinco partes iguales en venta y renta, …. se sortearán insaculando en un bombillo los nombres de los interesados, y en otro, los números correspondientes a los lotes formados”

Y así se hizo el 7 abril 1924 , el primo Salvador informa a Pepe de lo que aconteció: “Se hicieron cinco papeletas con los nombres de los cinco hermanos, y otras cinco con los números de los cinco lotes en que se ha dividido la finca Torrecillas…” 

 La familia Palomo-Raya 

Descrito en aquella época el olivar como “viejo”, podemos deducir que han hecho falta al menos 200 años para obtener el producto que ahora os presento, aunque me consta que los árboles tienen muchos años más, pero eso es otra historia, que os contaré en otra ocasión.

286 olivos contados y plantados en posición estratégica, al pie de los márgenes, como llamamos aquí a los taludes entre las terrazas de cultivo, para aprovechar el máximo el agua de lluvia.

Julio, un antiguo pastor de la finca, ahora con 92 años, recuerda que las cabras aprovechaban en verano la hora de la siesta, para subirse a las oliveras y le tocaba a él ir a recogerlas para que no se comieran los olivos.

En esta Finca, sita en el pueblo de Corvera (Murcia), dentro del espacio natural protegido Sierra de Carrascoy, predomina la variedad Cornicabra al 85%, junto con un 10% de la variedad Manzanilla y 5% de Cuquillo. Destacar que entre ellos solamente dos ejemplares de variedad Hojiblanca regalados por unos parientes de Jaén cuando vinieron a pasar el verano de 1896 y referenciados en una carta de agradecimiento que indica en qué bancal exacto están plantados.

La variedad Cornicabra es la que define la personalidad de nuestro aceite y le da el carácter genuino de nuestra tierra. Olivos adaptados a la aridez de nuestro entorno, y caracterizados por ser una variedad muy longeva.

Esta aceituna recibe su nombre por su semejanza a un cuerno, y conforme va madurando, adquiere un color violáceo intenso que sirve como indicador de cuándo realizar la recolección.

Olivos nunca tratados con productos químicos,recolección temprana y con cariño.

En la Finca somos partidarios de los frutos completamente naturales, aunque ello suponga menos cantidad. Además, cada uno de nuestros olivos son un ecosistema en si mismos. Por ejemplo, la temida mosca que pica la aceituna es controlada biológicamente por depredadores silvestres. Nuestros olivos y resto de cultivos nunca reciben ningún tratamiento químico, ni sanitario ni nutricional.

Los olivos y el resto de la finca están certificados como ecológicos, así que tanto en campo como en almazara, hemos seguido el procedimiento. Pero hemos decidido no embotellar el aceite como ecológico por la burocracia que supone. Los que nos conoceis, ya sabeis como trabajamos, y al que no nos conozca le aseguro que está comprando un producto de la mayor pureza y calidad posibles y además, de autor. Os invito a descubrirnos.

Nuestra recolección temprana ha hecho que nuestro aceite haya resultado excelente, con aromas a tomate, hojas verdes y almendras. El AOVE cornicabra es uno de los que mayor contenido de polifenoles posee, esto junto a su alto contenido de ácido oleico, vitamina E, y omega 3, hace que sea muy rico en antioxidantes. Destaca su alto contenido de Oleocanthal.

Empezamos la recolección el 19 de octubre y la terminamos el día 27 del mismo mes. Han sido 9 días de trabajo seguidos, disfrutando al máximo del trabajo en la tierra y de los 1.700 kilos de fruto que estábamos obteniendo de nuestros queridos olivos cada día.

La recolección ha sido manual, y hemos tratado los árboles y la aceituna con mucho cariño, haciendo las cosas bien, sin prisa pero sin pausa.

En campo hemos procurado hacer lo máximo para que la oliva estuviera en las mejores condiciones: cajones a la sombra norte de los olivos e incluso chimeneas de ventilación para evitar el aumento de temperatura. Lo recolectado, se ha llevado a Almazara diariamente y a primera hora del día siguiente se ha molturado. Mucho más trabajo y costes, pero tengo claro que ha merecido la pena, con tal de obtener lo mejor de nuestra aceituna.

Con mi amigo TUTE, de Ceuta, el jefe de recolección. Una persona excepcional.

La almazara seleccionada ha sido Pedro Gómez Balsas, en Alhama de Murcia, por su sabido buen hacer. Ha procesado nuestra aceituna en ecológico, garantizándonos así su calidad y trazabilidad. Un 13.24% de rendimiento hemos obtenido. Nuestra partida ha sido la primera que ha molturado la almazara este año y Fausto, el director, evalúa nuestro aceite con un 9 sobre 10.

Visto el resultado y la calidad obtenida, después de tanto mimo y trabajo, decidí darle un tratamiento adecuado a nuestro aceite y dedicar esta cosecha 2020 tan especial, a una persona también muy especial: mi abuelo Antonio de Lara.

Mi abuelo, Antonio de Lara Tomás, se hizo cargo de la finca en 1956 hasta sus últimos días en noviembre de 1995. Cuando empezó con la finca, la encontró muy deprimida y venida a menos de la gran Hacienda que había sido.

A mi abuelo le tocó remontarla de un sistema ancestral en decadencia, que ya venía muy tocado de la época de la postguerra. Con mucha inteligencia y buen hacer, pero sin que le temblara la mano, hizo los cambios necesarios y sobre todo implementó una nueva perspectiva productiva, respetando el pasado (como la colección de olivos) pero con la mirada puesta en el futuro. Realizó la gran plantación de almendros de la finca, también algarrobos y huertas. Recuperó el manantial de agua y trajo el agua corriente a la casa principal, también la electrificación de la misma con energías renovables. Pero, sobre todo, procuró mostrarnos la riqueza natural de la finca, tanto en su parte productiva como lúdica. Para mí fue el hombre clave para rescatar la finca de su deriva, ponerla en pie y hacerla llegar hasta nosotros.

Estoy seguro que estás muy orgulloso de lo que estamos haciendo en estos tiempos, primero, por la continuidad de la finca y después por ser valientes y poner en valor y mostrar al mundo entero, los maravillosos productos que esta tierra nos ofrece.

¡Gracia Lelo, orgullosos de tí y de continuar con tu proyecto. Un beso muy fuerte!

Aquí un fragmento de sus diarios de la finca, precisamente hablando de la oliva en su primer año de gobernanza el día de Navidad de 1956.

 

“Bienvenido el aceite, ni vender la oliva, estamos sobre ascuas hasta que no sepamos lo que va a ocurrir con el que se fabrique. La primera partida de aceituna está ya molida y dentro de unos días nos traerán el aceite. Parece que ha de ser de excelente calidad. Allá veremos”.

Es la misma zozobra que he tenido yo, hasta catar la primera molturación de este año. Te juegas mucho… pero hemos acertado de pleno, probablemente lo que ocurrió también aquel año.

Esta cosecha 2020 de calidad excepcional, es de justicia dedicarla a un hombre de igual calidad.

Finalmente, el tratamiento que le he querido dar este año al envasado y etiquetado del aceite, nunca se había hecho en la finca y he querido que estuviera a la altura de las circunstancias.

He elegido este dibujo que nos hizo el artista y licenciado en Bellas Artes de Corvera, Raúl Estal, adaptando su obra original “el grito “para nosotros.

El dibujo representa el grito desesperado pero agradecido de una niña, al recoger los frutos que le ofrece el olivo, en la época del hambre en la guerra civil española. Por su grito los pájaros salen volando. Quizás la abuela María Luisa es esa niña.

En la finca no queremos olvidar el pasado, para así poder construir un presente y futuro con base sólida.

Ya está disponible para la venta y recordad que cuando compráis un producto de autor, como este aceite de oliva virgen extra de primera calidad, estáis también ayudando a conservar la historia y patrimonio natural de territorios tan difíciles como el nuestro.

Con José Eladio, catando el aceite al pie de la olivera más grande de la finca, gracias a mi amigo Antonio Contreras Amela que tanto me ha ayudado.